Campos de Hellín QR

Comarca de los Campos de Hellín

Castillo de Tobarra y Ojos del Diablo (S. XII)

El poder islámico almohade comenzó con la victoria en la Batalla de Temecén (Argelia) en 1145. En pocos años conquistaron los segundos reinos taifas de Al-Andalus. Valencia y Murcia resistieron hasta 1172. En 1195 vencen a los castellanos en la Batalla de Alarcos (Ciudad Real). Los reinos cristianos derrotaron a los almohades en la Batalla de las Navas de Tolosa (Jaén) en 1212, originando las terceras taifas. Durante el dominio almohade en Al-Andalus se fomentó la reedificación de fortalezas.

En esta comarca se conservan restos en Hellín, Isso, Ontur, Sierra, y Tobarra. Todas están relacionadas con el camino histórico que une Andalucía y Valencia (actual CM-412) y ocupan lugares desde donde se controlan los principales caminos y las zonas de regadío tradicional.

Desde la conquista del Reino de Murcia por la Corona de Castilla, en 1244, los castillos de esta comarca fueron perdiendo interés. Y aquellas partes no reutilizadas acabaron en ruinas. Según J. G. Simón García, 2011:

1)    La “Torre del homenaje” tenía planta rectangular y el retranqueo de la cara meridional puede indicar una ampliación en un determinado momento. Está realizada en cajas de tapial de hormigón, las cajas inferiores con gravas de río y las cajas superiores con tierra.

2)    Lienzo de muralla realizado mediante mampostería trabada con mortero de cal, con un espesor de 1 m.

3)    Torre de planta trapezoidal, asentada sobre la roca natural, realizada mediante tapial de mampostería trabada con mortero de cal. Ha perdido el ángulo sureste, y hay un hueco en la pared norte, donde pudo estar la puerta.

4)    Torre de planta rectangular realizada en tapial de hormigón, con muros de un espesor de 1,20 m. Las cajas poseen una altura de 85 cm de altura y una distancia entre las agujas de 55 cm. En la actualidad se ha aprovechado como aljibe.

5)    Torre de planta rectangular. La base maciza es de tapial de hormigón, que posee una zapata de apoyo a modo de escalón.

6)    Torre de los Ojos del Diablo. Tiene planta rectangular. La base maciza es tapial de hormigón, también posee una zapata de apoyo a modo de escalón, sobre la que se desarrolla un muro que configura la torre de forma hueca. Las cajas inferiores son de mampostería trabada con mortero de cal y las cajas superiores son de tierra y cal. Se aprecian las agujas de los mechinales y parte del enlucido, presentando las cajas una altura de 85 cm y una distancia entre mechinales de 65 cm.

7)    Lienzo de muralla que se quiebra para adaptarse a la curva de nivel del cerro. Realizada en tapial de mampostería y mortero de cal.

8)    Muro de contención moderno que bordea el jardín.

9)    Torre casi cuadrada, de cuatro metros de lado, realizada en tapial de mampostería trabada con capas de mortero de cal. Las caras exteriores presentan numerosas reparaciones con parches de mampostería trabada y enlucida con yeso gris. En la cara norte, tiene dos contrafuertes de mampostería trabada con mortero y enlucido de yeso. Parece ser que dichos contrafuertes se adscriben a un momento, a inicios del siglo XX, en el que se uso la torre como plataforma para sustentar el reloj antiguo, anterior al emplazado en 1928 en el Cerro de la Ermita de Santa Bárbara.

Hoy, el ajardinamiento de la explanada entre los restos de la fortificación invita a la contemplación de las vistas del extenso territorio que dominó el castillo, de gran parte del municipio y en especial del barrio de la Plaza.

“El pueblo de Tobarra es un anillo gigante de casas que rodea un cerro pelado… que tiene por gema la Iglesia parroquial…” (Pedro. A. Hernández, 1916). La Iglesia de la Asunción está entre aquel “cerro pelado”, el del Reloj, y el cerro del Castillo y del Santuario. Desde la Plaza, se inicia la calle Mayor, pasando entre la Iglesia del Convento y casas blasonadas, hacia el Museo del Tambor, en la antigua Iglesia de la Purísima. Siguiendo, se llega a San Roque. Desde la plaza de su ermita se abre la avenida de la Constitución, presidida por el Monumento del Tambor. Retornando hacia El Collado, se puede subir al cerro donde está la Torre del Reloj. En el descenso se llega a la Iglesia del barrio de San Antón, que rodea la ladera del cerro que faltaría para completar el anillo.

Al sur del cerro discurre el cauce seco del Arroyo de Tobarra al que vierte la rambla de Polope (Pero Lope), zona de regadío tradicional, cuya acequia era aprovechada por hasta cinco molinos. Más al norte está la Sierra de Abenuj, Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) desde 1999, que incluye el paraje Entresierras, donde está el embalse de Los Charcos. El nombre de la sierra podría recordar al caudillo murciano IbnHud que a comienzos del siglo XIII se rebeló contra los almohades e instauró la Taifa de Murcia.

Hacia el este, se extienden las llanuras donde están las seis pedanías del municipio: Los Mardos. Aljubé, Cordovilla, Santiago de Mora, Mora de Santa Quiteria y Sierra. Todas estuvieron pobladas en época islámica, como las alquerías de Alboraj y Alborajico. Cerca de la cual hubo un eremitorio rupestre hispanovisigodo, compuesto por varios habitáculos excavados en cerro de La Muela. Junto a la que se extiende el área protegida compuesta por la Laguna de Alboraj y el Saladar de Cordovilla, LIC desde 2006. Siguiendo el camino de Murcia paralelo al arroyo, se divisa la Sierra de la Raja, que oculta otra fortaleza hispanomusulmana en El Castellar de Sierra.