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Comarca de los Campos de Hellín

Monumento al Tamborilero de Agramón

El pueblo de Agramón al tamborilero. Agramón 19 de marzo de 2004. En una placa se puede leer la frase anteriormente citada. Se trata de una escultura en hierro que representa a un tamborilero con el atuendo típico de la población.Está realizado por el escultor hellinero Francisco Ruiz Oliva. Autor entre otros de los monumentos al tamborilero (1975) y al Nazareno (2004) de la ciudad de Hellín.
Ruiz Oliva nació en 1942 y se crió en el pintoresco barrio de San Rafael. De formación artística autodidacta, comenzó a trabajar de chapista a los ocho años. Ha realizado numerosas obras, incluso la Casa Real le hizo un encargo en 1978. Además de ser un magnífico escultor también destaca en pintura.

Coincidiendo con las Jornadas Nacionales de Exaltación del Tambor y del Bombo, Agramón inauguraría en 2004 el reconocimiento a su pasión por el tambor, su Monumento al Tamborilero, aprovechando tan importante momento, con la reunión de todos los pueblos tamborileros reunidos en torno a la idea de compartir unos días de hermandad bajo la sombra del tambor, simbolizado en un tamborilero agramonero, con tambor de metal apretado por palometas, y agremanes dorados destacando sobre el tono monocromático del hierro.La singularidad de la Semana Santa de Agramón radica tanto en sus procesiones como en sus túnicas y toques, sus tamborileros y tamborileras visten túnicas y pañuelos o capuces morados, adornados con agremanes en color oro viejo en pecho, puños y bajos, con el símbolo de la cruz en el brazo izquierdo formado por el cruce de agremanes, y en la cintura cordones dorados. No se disponen de fuentes documentales escritas que nos profundicen en la historia de la tamborada en Agramón, sin embargo se sabe que se viene celebrando desde el siglo pasado, algunos autores la han asociado a la influencia de la ciudad de Hellín de la que depende, desconociéndose, no obstante, el porqué de la singularidad y uniformidad de su indumentaria, que pudiera situarse en un síntoma de rebeldía e independencia de la ciudad.
 El toque de tambor en Agramón lo podríamos focalizar en tres tamboradas, la primera se sitúa en el Viernes de Dolores, los tamborileros, sin la indumentaria tradicional (túnica, capuz o pañuelo y cordones), se reúnen en la plaza de la Iglesia subiendo posteriormente al monte Calvario. En la noche de Jueves Santo, sobre las doce, comienza la segunda y más tradicional de todas ellas, y donde ya no se deja de tocar hasta el mediodía del Viernes Santo, los tambores acompañan a la procesión hasta el monte Calvario y a la entrada de los tronos y pasos los tamborileros van despidiendo a cada uno de los pasos y tronos que la integran haciendo redoblar sus tambores, convirtiendo dicho acto en el momento más culminante de la semana santa agramonera.El Sábado Santo, alrededor de las doce de la noche tiene lugar la tercera y última que terminará con la procesión del Encuentro, acompañando igualmente los tambores a la procesión y despidiéndola a la entrada de la Iglesia.

El pueblo de Agramón al tamborilero. Agramón 19 de marzo de 2004. En una placa se puede leer la frase anteriormente citada. Se trata de una escultura en hierro que representa a un tamborilero con el atuendo típico de la población.

Está realizado por el escultor hellinero Francisco Ruiz Oliva. Autor entre otros de los monumentos al tamborilero (1975) y al Nazareno (2004) de la ciudad de Hellín.

Ruiz Oliva nació en 1942 y se crió en el pintoresco barrio de San Rafael. De formación artística autodidacta, comenzó a trabajar de chapista a los ocho años. Ha realizado numerosas obras, incluso la Casa Real le hizo un encargo en 1978. Además de ser un magnífico escultor también destaca en pintura.

Coincidiendo con las Jornadas Nacionales de Exaltación del Tambor y del Bombo, Agramón inauguraría en 2004 el reconocimiento a su pasión por el tambor, su Monumento al Tamborilero, aprovechando tan importante momento, con la reunión de todos los pueblos tamborileros reunidos en torno a la idea de compartir unos días de hermandad bajo la sombra del tambor, simbolizado en un tamborilero agramonero, con tambor de metal apretado por palometas, y agremanes dorados destacando sobre el tono monocromático del hierro.

La singularidad de la Semana Santa de Agramón radica tanto en sus procesiones como en sus túnicas y toques, sus tamborileros y tamborileras visten túnicas y pañuelos o capuces morados, adornados con agremanes en color oro viejo en pecho, puños y bajos, con el símbolo de la cruz en el brazo izquierdo formado por el cruce de agremanes, y en la cintura cordones dorados. No se disponen de fuentes documentales escritasque nos profundicen en la historia de la tamborada en Agramón, sin embargo se sabe que se viene celebrando desde el siglo pasado, algunos autores la han asociado a la influencia de la ciudad de Hellín de la que depende, desconociéndose, no obstante, el porqué de la singularidad y uniformidad de su indumentaria, que pudiera situarse en un síntoma de rebeldía e independencia de la ciudad.

 El toque de tambor en Agramón lo podríamos focalizar en tres tamboradas, la primera se sitúa en el Viernes de Dolores, los tamborileros, sin la indumentaria tradicional (túnica, capuz o pañuelo y cordones), se reúnen en la plaza de la Iglesia subiendo posteriormente al monte Calvario. En la noche de Jueves Santo, sobre las doce, comienza la segunda y más tradicional de todas ellas, y donde ya no se deja de tocar hasta el mediodía del Viernes Santo, los tambores acompañan a la procesión hasta el monte Calvario y a la entrada de los tronos y pasos los tamborileros van despidiendo a cada uno de los pasos y tronos que la integran haciendo redoblar sus tambores, convirtiendo dicho acto en el momento más culminante de la semana santa agramonera.

El Sábado Santo, alrededor de las doce de la noche tiene lugar la tercera y última que terminará con la procesión delEncuentro, acompañando igualmente los tambores a la procesión y despidiéndola a la entrada de la Iglesia.