El decreto 82/2005 del Gobierno de Castilla-La Mancha designó 36 zonas de especial protección para las aves (ZEPA), en toda la región, y las declaró zonas sensibles, entre ellas las “Sierras de Alcaraz y Segura y Cañones del Segura y del Mundo”. Según la directiva europea, relativa a la conservación de las aves silvestres, se clasificarán como ZEPA los territorios más adecuados en número y superficie para la conservación de las especies señaladas en dicha directiva, así como para las demás especies migratorias de presencia regular, especialmente en lo que se refiere a la protección de sus enclaves de reproducción, muda, invernada y descanso. En los Donceles, las paredes terrosas con muchas cavidades suelen servir de refugio a multitud de aves (Antonio Manzanares, 2009) como chovas, grajillas, carrascas, cernícalos y multitud de pequeños pájaros. Pero a veces esos agujeros son utilizados por los halcones peregrinos para descansar e incluso para anidar.

La pista forestal que atraviesa esta sierra es llamada Camino de Aníbal porque se ha relacionado con la expedición que hizo el ejercito cartaginés, en el año 222 antes de nuestra era, desde Cartagena hacia la conquista del interior de la península, remontando los ríos Segura y Mundo hasta llegar al Valle de Agramón, donde encontrarían un importante poblado íbero en El Tolmo de Minateda.

El área protegida del Saladar de Agramón tiene una superficie de 162,9 hectáreas que se extiende por una estrecha franja en ambas márgenes del arroyo de Tobarra. Los saladares son áreas de terreno donde el suelo se caracteriza por la presencia de sales solubles de sodio o magnesio y por falta de agua durante largos periodos de tiempo, lo cual provoca una modificación sustancial en la vegetación. En consecuencia sólo aparecen un tipo de plantas muy especializadas que se han adaptado a condiciones de extrema subsistencia. Estas zonas fueron muy comunes en la comarca, donde se cultivaba la barrilla para la producción de sosa. Este saladar se mantiene por una red hidrográfica de escorrentía superficial, con inundaciones naturales de cierta intensidad en los periodos de máxima pluviometría. La importancia y singularidad de los hábitats y especies de la zona, motivó su declaración como microrreserva en 2005 por el Gobierno de Castilla-La Mancha y desde el año siguiente comparte reconocimiento como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) con el Saladar de Cordovilla y la Laguna de Alboraj.