Plaza de San Francisco
Donde las calles del cerro del castillo terminaban para llegar por Barrio Nuevo al camino de Andalucía y el hilo de la ribera, fray Antonio de Jaén encontró el lugar apropiado para fundar en 1524 el convento que consagró a Nuestra Señora de los Ángeles. La orden franciscana ha sido la única presente en esta comarca antes del siglo XX, con conventos de frailes en Hellín y Tobarra, y otro más de monjas Claras en Hellín.
Esta plaza se cierra con la fachada principal de Casa Salazar que podría ser el último ejemplo de vivienda señorial dieciochesca conservada en la ciudad.
El Monumento al Nazareno de Francisco Ruiz Oliva se levanta desde 2002 en el foco de la predicación franciscana durante casi cinco siglos. Y que hoy se manifiesta en las procesiones de la Semana Santa, que en su origen, a través de imágenes hiperealistas y la escenificación del Vía Crucis subiendo al Calvario el Viernes Santo. Se pretendía que los nazarenos tuvieran la experiencia más cercana posible a la pasión de Cristo, como los estigmas de San Francisco.