Museo Comarcal de Hellín
Situado en un edificio modernista de finales del siglo XIX en la calle Benito Toboso, en el centro histórico de la localidad. Las instalaciones, una vivienda particular, fueron rehabilitadas por los alumnos de la Escuela Taller de la ciudad. La fachada se articula en tres cuerpos, destacando el central, jalonado de balcones con hermosas molduras. Pero sin duda alguna lo que más llama la atención es la puerta de entrada, tallada por el maestro ebanista Sebastián Guillén y que muestra dos cabezas de faunos, dragones y otros motivos florales. Una vez se traspasa la puerta de entrada nos encontramos con una cancela de hierro forjado y numerosos apliques y motivos vegetales enmarcados dentro del más puro estilo modernista.
El edificio, adaptado para personas con discapacidad, cuenta con tres plantas dedicadas a exposición. En la planta baja se encuentran las oficinas, una galería con la exposición de pintura permanente perteneciente al fondo Escandell y una galería de exposiciones temporales y sala de audiovisuales. Destaca en la zona de oficinas una lápida funeraria del siglo II procedente del Tolmo de Minateda.
La planta primera se dedica exclusivamente a la arqueología de la comarca, desde el paleolítico inferior, con una serie de materiales e instrumentos procedentes del yacimiento de la Fuente de Hellín, hasta época islámica. Destaca la sala dedicada al Tolmo de Minateda en la que podemos encontrar una réplica del sarcófago paleocristiano de Hellín, encontrado a principios de siglo XX.
La segunda planta se dedica a la etnografía y los oficios tradicionales de la comarca. Así podemos observar una zona dedicada a la alpargatería y otros oficios textiles. El mundo del esparto está bien documentado con numerosas herramientas y productos elaborados con éste material. Otra sala exhibe la colección Escandell con piezas decorativas, ajuares, vidrios, cerámicas, etc. que muestran las condiciones domésticas de varios estratos sociales durante el siglo XIX principalmente. Destaca la colección de cerámica local, que abarca los siglos XVIII y XIX, principalmente con motivos vegetales.
Además, el edificio cuenta con biblioteca, salas de trabajo, almacenes para el depósito y estudio de los nuevos materiales. Recientemente cuenta con una sala dedicada al cronista oficial de la ciudad “Antonio Moreno” con biblioteca de temas y autores hellineros y numerosa documentación donada por el escritor.