Santuario de Ntra. Sra. de la Encarnación y Stmo. Cristo de la Antigua (S.XV-XVIII)
Monumento Nacional desde 1981
Las leyendas que explican el origen de los santuarios de Hellín y Tobarra, alzados junto a los restos de sus castillos del período almohade, coinciden en que tras la repoblación castellana, en el siglo XIII, se construyó una ermita para venerar la imagen encontrada en una cueva del mismo cerro, donde sería ocultada durante la dominación islámica. Según la relación enviada a Felipe II en 1575, Tobarra “se torno a edificar y poblar como de presente lo está – en 1310, porque – fue quemada por los moros (granadinos) y cautivos los vecinos…”.
A lo largo de varios siglos, el templo fue ampliado según crecía la devoción, superando en importancia a otras ermitas, hasta llegar a darles la consideración de patronos de la localidad.
Actualmente, tras procesos de restauración, en la visita al santuario se puede disfrutar de las vistas exteriores de su entorno, y en su interior, hacer un recorrido por varios estilos artísticos.
1) La parte más antigua del conjunto, que no excedería de los últimos años del siglo XV, conserva un artesonado de par y nudillo, con decoración de lazo y piña en mocárabe, atribuido a artesanos mudéjares (musulmanes que permanecieron en los reinos cristianos). Se correspondería al espacio de la ermita construida para venerar la imagen del Santísimo Cristo de la Antigua, y que sería la antigua parroquia hasta la construcción de Iglesia de la Asunción. Las pinturas de los muros fueron recuperadas durante la restauración del edificio en la década de 1990 y han sido datadas a finales del siglo XVI.
2) El pulpito tuvo antes de su reforma la siguiente inscripción: “DÍA VEINTE Y CUATRO DE ABRIL DE MIL CUATROCIENTOS Y ONCE, PREDICO SAN VICENTE FERRER EN ESTA MUY NOBLE VILLA DE TOBARRA Y POR TRADICION INMEMORAL SE DICE FUE EN ESTE SAGRADO PULPITO “(R. Amador de los Ríos, 1912).
3) La nave cubierta por bóveda de terceletes con nervaduras y apoyada sobre pilares octogonales es propia de principios del siglo XVI, por lo que podría ser una ampliación de la parte más antigua.
4) La siguiente nave fue un intento de imitar con yeserías planas la bóveda estrellada anterior.
5) La ampliación más importante pudo ser en el siglo XVII con la construcción de nuevas naves que se cubrieron con bóvedas de lunetos.
6) Torre del campanario construida durante las últimas ampliaciones.
7) Imagen del “Ecce Homo”. Junto a la Dolorosa, es la única Imagen que se salvó de la Guerra Civil. El resto de los pasos son de postguerra.
8) Imagen de “La Verónica”.
9) Paso de “El Cristo Resucitado”.
10) Paso de “La Caída de Jesús”, conocido popularmente como “Paso Gordo” y que procesiona el Jueves Santo.
11) Camarín de Nuestra Señora de La Encarnación. “SE ACABO ESTE CAMARIN AÑO 1717, SE RESTAURO AÑO 1881” según la inscripción sobre la puerta. Las pinturas murales están dedicadas al nacimiento y a la pasión de Jesús, y conservan los datos de sus mecenas. El grupo escultórico representa el misterio de la Anunciación por Arcángel Gabriel de la Encarnación del Hijo de Dios en María Virgen.
12) Camarín del Santísimo Cristo de la Antigua. En 1787 se dice que se está construyendo un “suntuoso camarín”. Es el espacio más lujoso con elementos decorativos del gusto rococó. La imagen y el retablo se repusieron tras la Guerra Civil. El pavimento se compone de azulejos valencianos. La decoración de la cubierta está recargada de motivos vegetales que resaltan las representaciones de los cuatros evangelistas en la pechinas y los símbolos sobre Cristo en la cúpula. Los espejos de carnosos marcos aumentan la atención en este espacio, producida por la iluminación natural que penetra a través de las los huecos del tambor. También destaca en el exterior por su cubierta de perfil levantino con de tejas esmaltadas en blanco y azul.
Ambas imágenes son trasladadas en mayo a la Iglesia de la Asunción para las fiestas patronales. La subida es el último fin de semana con una procesión que mantiene la tradición de las pujas.
“El pueblo de Tobarra es un anillo gigante de casas que rodea un cerro pelado… que tiene por gema la Iglesia parroquial…” (Pedro. A. Hernández, 1916). La Iglesia de la Asunción está entre aquel “cerro pelado”, el del Reloj, y el cerro del Castillo y del Santuario. Desde la Plaza, se inicia la calle Mayor, pasando entre la Iglesia del Convento y casas blasonadas, hacia el Museo del Tambor, en la antigua Iglesia de la Purísima. Siguiendo, se llega a San Roque. Desde la plaza de su ermita se abre la avenida de la Constitución, presidida por el Monumento del Tambor. Retornando hacia El Collado, se puede subir al cerro donde está la Torre del Reloj. En el descenso se llega a la Iglesia del barrio de San Antón, que rodea la ladera del cerro que faltaría para completar el anillo.